lunes, 11 de mayo de 2009

Día mundial de las aves


En el marco del Día Mundial de las Aves, el Partido Verde recordó que a propuesta de este instituto político se aprobaron reformas a la Ley General de Vida Silvestre, a fin de prohibir que cualquier especie de pericos y guacamayas (psitácidos) sean aprovechados con fines lucrativos.

Al respecto, Mariana Boy Tamborrell, secretaria del Medio Ambiente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido, destacó que con esta nueva legislación se asegura la conservación de las aves antes mencionadas aunado a que también se frena la renovación de los permisos existentes para exportación, reexportación e importación.

La dirigente ecologista destacó la trascendencia de esta ley (vigente desde el 14 de octubre 2008), en razón de que 22 especies de pericos y guacamayas silvestres se encuentran en alguna categoría de riesgo en la norma oficial mexicana NOM-059-SEMARNAT-2001.

“Seis ejemplares de –psitácidos- están en peligro de extinción, 10 se encuentran amenazadas y cuatro bajo protección especial. Se estima que el tráfico de estas especies oscila en 75 mil cada año, y de estos el 77 por ciento muere antes de llegar a algún comprador. Esto se debe al maltrato que sufren; de ahí la importancia de esta normatividad para protegerlas”, señaló.

Ante la muerte de entre 50 y 60 mil ejemplares al año de ejemplares Boy Tamborrell, destacó la importancia de esta nueva Ley, pues contribuye a revertir la disminución de las poblaciones silvestres, no sólo por su captura y comercialización ilícita sino también por la pérdida de su hábitat.

Refirió que de acuerdo a cifras de la Universidad Nacional Autónoma de México se pierden un millón 300 mil hectáreas de bosques y selvas por año, lo cual trae consigo la desaparición o riesgo de diversas especies de aves, tales como el águila arpía, el águila cabeza blanca, la cigüeña jabirú, el pato real, el quetzal, la grulla blanca, loros, pericos, guacamayas y periquitos, entre otros.

Ante este panorama, pidió sensibilidad en razón de que nuestro país registra 19 especies de aves probablemente extintas en el medio silvestre, 72 en peligro de extinción, 107 especies amenazadas, y 173 sujetas a protección especial, que suman un total de 371 ejemplares de aves en riesgo, según a la NOM-059-SEMARNAT-2001, a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).

Lo que motivó al Partido Verde a impulsar reformas a la Ley General de Vida Silvestre, adecuaciones que asegurarán la conservación de las aves y por consiguiente frenar la renovación de los permisos existentes para exportación, reexportación e importación, apuntó.

viernes, 8 de mayo de 2009

Mil años de contaminación


En promedio usamos una bolsa de plástico sólo por 12 minutos, pero cuando llegan al basurero pueden tardar hasta mil años en biodegradarse. Una vez finalizada su vida útil, las bolsas van a parar en cuerpos de agua, o llegan a tiraderos a cielo abierto donde frecuentemente son quemadas, liberando miles de sustancias tóxicas, conocidas como dioxinas y furanos.

En México, cada habitante consume al año 20 kilogramos de plástico. Sin embargo, el uso de bolsas biodegradables ahorra recursos fósiles, como el petróleo, y evita que se desprenda 90% del dióxido de carbono que causa el cambio climático.

Ante esta problemática, el cdiseñó una propuesta de Ley para el Consumo Sustentable de Bolsas de Uso Frecuente, con el objetivo de impulsar que las empresas productoras, vendedoras o comercializadoras de bolsas plásticas utilicen para su fabricación materiales que no dañen el medio ambiente, tales como almidón, el maíz o la remolacha.

Continúa mortandad de peces


La mortandad de peces en la Laguna del Carpintero durará dos días más; el municipio asegura que dragar la laguna y devolverle 45 por ciento de la profundidad que ha perdido sería la solución al problema; sin embargo, la Comisión Nacional del Agua asegura que el proyecto no es viable para la ecología del lugar y no dará su anuencia.
Desde hace seis días mueren peces en el depósito natural; un análisis de la Conagua demuestra que en este momento el humedal presenta el doble de salinidad que de costumbre, a lo que se debe la mortandad de más de 3 mil 500 ejemplares; la situación se prolongará por lo menos dos días más, cuando suban las mareas.
El director de Ecología, Porfirio Gómez Gámez, explica que este es un proceso que se presenta desde hace diez años, cuando el nivel del agua de la laguna baja y por el Canal de la Cortadura ingresa agua salada proveniente del río Pánuco, que desemboca en el Golfo de México.
Pare el municipio, la solución al problema sería el dragado de la laguna, pues se estima que en el suelo del humedal hay 3 millones 500 mil metros de sedimentos, lodos provenientes de la mancha urbana que son arrastrados al cuerpo de agua por las lluvias.

martes, 5 de mayo de 2009

La computadora del futuro será mexicana


Menuda sorpresa nos da saber que la tecnología mexicana apuesta por un futuro más limpio con una propuesta en extremo inovadora: una computadora que utiliza hidrógeno como fuente de energía. Aunque hoy cuesta poco mas de 20 mil pesos, este sistema en etapa experimental puede hacer funcionar una computadora portátil de manera ininterrumpida hasta 40 horas.

Es de mano de obra mexicana, basada en una celda de combustible que genera 100 Watts para que la Lap top, que hoy funciona tres horas con las baterías llamadas ion-Li, luego de que el suministro de la red eléctrica falla, siga de manera normal su funcionamiento.

Nacida en el departamento de Química del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), con la dirección del doctor Omar Solorza Feria, la investigación se une a otros científicos del mundo que empiezan a emplear el agua como base para crear hidrógeno como fuente energética, sin producir daños a la salud ni al medio ambiente.

A este laboratorio estudiantil le ha llevado 18 años de investigación lograr esta tecnología, que en los últimos años ha tenido aplicaciones en carros de juguetes, go karts, además de la computadora portátil, con el hidrógeno como fuente de energía eléctrica. En próximos meses el sistema se aplicará a un motor eléctrico de una bicicleta.

“Como son trabajos de investigación donde se adquieren componentes por piezas y no de manera cuantiosa, entonces los materiales son caros, en la forma en que se pueda producir de manera masiva los costos tendrán que reducirse. Sin embargo, esto implica un trabajo de inversión tanto de la iniciativa privada como de grupos de investigación”, señala Omar Solorza Feria.

Hasta hoy, el costo de la construcción sólo de la celda para el experimento representa mil 500 dólares, sin contar los gastos de mano de obra. Pero habría un gasto agregado: la intervención del equipo multidisciplinario que desarrolla cada una de las partes y arma el dispositivo para que la Lap top funcione.

Este grupo científico ha diseñado prototipos denominados “portadores energéticos”, con la idea de producir energía limpia a partir del hidrógeno, que permita sustituir en un futuro el uso del combustible tradicional.

Para el investigador, estas tecnologías tendrán auge en 5 y 8 años, luego de que exista una difusión importante en la educación básica y en la industria.

“El temor es siempre la utilización del hidrógeno, pues todos comentan que por su peligrosidad no se podría manejar. Todos los gases tienen una cierta temperatura de inicio y de explosión y cuando existe esa mezcla de combustible oxidante pues realmente la mezcla aire combustible produce cierto temor, pero el hidrógeno para poder alimentarse tiene todas las medidas de seguridad para evitar manejo peligroso o explosividad”, dijo.

Los pasos químicos para una investigación de este tipo son sencillos para un especialista y Solorza los explica.

Lo importante es aprovechar las energías renovables, toda aquella que podamos transformar. El hidrógeno es obtenido del agua a través de la separación del oxígeno en el proceso conocido como electrólisis.

Este hidrógeno obtenido es el portador energético que luego se almacena y transporta para alimentar una celda de combustible, donde el oxígeno del aire (alimentado por ventiladores normales) y el hidrógeno reaccionan nuevamente para producir energía eléctrica.

Esta energía es “limpia y amigable con el medio ambiente” y puede alimentar ciertos dispositivos como puede ser una computadora portátil.

El hidrógeno que se usa en el laboratorio es químicamente puro (99.99% de pureza), pero tiene que regularse en su proceso de alimentación, por lo que se diseñan dispositivos de respaldo y de alimentación hacia la celda.

“La celda ha sido diseñada y construida con nuestra infraestructura, con materiales propios para poder generar una energía eléctrica acorde con la demanda de la computadora“, indica.

Cada material, explica, representa un sistema de caracterización, donde se recurre a la tecnología de tamaños nanómetricos a fin de lograr una buena actividad catalítica, con el objetivo de facilitar la descomposición química en energía eléctrica.

Hay varias formas de producir el hidrógeno: por reformación catalítica de gas natural y por electrólisis del agua (la forma más pura), para luego almacenar ese hidrógeno en sistemas de alta presión, con el que no se cuenta en el Cinvestav, para una producción a gran escala.

Por ello, recurren a tanques y proveedores de hidrógeno de 20 kilográmos o 30, dependiendo de la presión a la que se encuentre, para regular su salida y alimentar las celdas, pues si la presión es mas alta la cantidad de energía que se produce es mayor.

Sin embargo, podrían usarse tanques mucho más pequeños. En cuanto a las celdas, la utilizada por la computadora mide unos 30 centímetros, se debe tener claro que entre más energía se requiera, las celdas serán voluminosas.

Así, para Solorza esta tecnología tiene más aplicación en entidades donde no hay iluminación, “ se podría orientar con mayor ímpetu a comunidades rurales como equipo de respaldo para transmisiones de radio y lo relacionado con medios de comunicación”.

lunes, 4 de mayo de 2009

Un servicio de salud cómplice del virus


El diario español El País publicó el domingo pasado una nota muy interesante que desmantela el sistema de salud pública y evidencia sus carencias frente al mundo.

Hace dos días que la gripe no mata a nadie en México. Ya se sabe que las muertes confirmadas son 16, pero unas jornadas atrás -cuando el Gobierno barajaba una cifra de hasta 160 fallecimientos atribuibles al nuevo virus-, los periodistas preguntaban una y otra vez a cuanto responsable institucional se les ponía delante: ¿Por qué está muriendo gente en México y en otros países no? La respuesta siempre era la misma: "Porque los enfermos llegan tarde al hospital, cuando ya no se puede hacer nada por ellos". A los periodistas -también al que suscribe- se les olvidaba insistir con una pregunta capital: ¿y por qué llegan tarde?

Vaya por delante una pista. O mejor, dos. El caso de Manuel y el de Óscar. Manuel tiene 63 años. El martes día 21 de abril se sintió mal, con los síntomas de una gripe. El miércoles, empeoró. El jueves, ya estaba fatal. "Mi esposa me llevó con el doctor César Decanini, a su consultorio del Hospital Inglés. En cuanto me revisó, me dijo: yo creo que es influenza. Voy a buscar al especialista". Unos minutos más tarde, Manuel era sometido a pruebas de sangre, radiografías, tomografía, suero, medición de la capacidad respiratoria... "A las diez de la noche, el prestigiado médico neumólogo Eulo Lupi me informa que debo ser hospitalizado, que mi capacidad respiratoria está al 50% y que los pulmones se están deteriorando con rapidez. Por suerte, el doctor Decanini tenía en su consultorio una caja del antiviral indicado. Tomé la pastilla".
El segundo caso es el de Óscar. Cinco años y siete meses. El jueves 16 de abril, el niño se puso mal. Su madre lo llevó a la clínica 11 del Seguro Social. "No lo quisieron recibir", cuenta su tía, "porque no tenía fiebre. Nos dijeron que era una gripe normal". Por la tarde, Óscar empezó a vomitar y lo llevaron a otra clínica del Seguro Social. Tampoco lo atendieron. Al día siguiente, a las seis de la mañana, Óscar empezó a sufrir convulsiones y, entonces sí, lo ingresaron de urgencia. Cinco horas después el niño ya estaba muy grave con un cuadro de neumonía. Lo pasaron a un cuarto de Terapia Intensiva... junto con otros ocho niños.

Casi no es necesario decir que Manuel se salvó. Óscar, en cambio, murió a los nueve días de sentir los primeros síntomas, tras sufrir un calvario de hospital en hospital. Manuel es dirigente de un importante partido político, fue secretario (ministro) de Relaciones Exteriores, diputado federal y hasta candidato a la presidencia de la República. Óscar, en cambio, era el hijo menor de una familia sin recursos.

¿Quiere decir esto que en México están sobreviviendo los ricos y muriendo los pobres? No hay datos para responder con certeza a esa pregunta. Entre otras cosas, porque el Gobierno tiene guardada la lista de los 16 fallecidos en un cofre con siete cerrojos. Según el secretario de Salud, José Ángel Córdova, el mutismo sobre la identidad de las víctimas intenta evitar "la estigmatización" de sus familias. Pero lo que sí es incontestable es que fuera de México se están detectando muchos casos de influenza y, salvo en Estados Unidos -donde sí falleció un niño mexicano de 23 meses-, nadie ha muerto por el momento. Más allá del desenlace, lo que sí demuestran de forma muy gráfica los casos de Manuel y de Óscar es la forma del mexicano de enfrentarse a la enfermedad.

Durante los últimos días, inspectores de la Organización Mundial de la Salud han recorrido los estados de México donde se han producido casos de esta gripe -mortales o no- intentando descubrir algún común denominador entre las víctimas. No lo han encontrado de una forma determinante, aunque uno de ellos ofrece su sensación sobre el terreno. "Está muriendo gente pobre. ¿Por qué? Porque es la gente que está acostumbrada a ponerse enferma, a pasar gripes más o menos fuertes y no ir al médico. Si los mismos síntomas los tiene un soldado de una base americana, en 10 minutos está en la enfermería. Es una cuestión de costumbres sociales. La gente sabe que acercarse al médico cuesta dinero".

Hay una frase muy común en México entre las clases más humildes: "Tú te puedes sentir mal, pero no te puedes enfermar". La enfermedad es una ruina. Nadie va al médico a las primeras de cambio. Y, desde luego, nadie va al médico por una gripe más o menos fuerte. Ir al médico -salvo para las clases exclusivas que disponen de seguro médico y hospitales de lujo- supone casi siempre una pérdida considerable de tiempo y de dinero.

México ha crecido mucho en los últimos años y hasta se trata de tú a tú con los países más desarrollados del mundo. Pero ese estirón no está siendo homogéneo. Para desesperación de sus gobernantes y vergüenza de sus conciudadanos, la imagen que México está ofreciendo estos días al mundo es la de un gigante al que se le quedaron cortos los pantalones. Estos días de angustia están dejando al descubierto las pantorrillas del sistema. La guerra al narcotráfico dejó casi en el olvido que un 40% de sus 100 millones de habitantes vive en la pobreza absoluta. Y el brote de la gripe está poniendo al descubierto que el sistema de salud no está a la altura de las circunstancias.

¿Qué hace un mexicano cuando se siente enfermo? Lo que viene a continuación es la síntesis de un sondeo realizado entre vecinos del Distrito Federal con distintos niveles de ingresos. Lo primero que hace, coinciden todos, es aguantar. A ver si se pasa la fiebre, a ver si con un vaso de leche caliente y una buena cura de sueño... Lo siguiente es acudir a la farmacia.

La cuestión farmacéutica merecería capítulo aparte. Los medicamentos en México son más caros que en Europa y que en la mayoría de los países de su entorno, pero tienen una.. ¿ventaja?: se venden sin receta en cualquier esquina. Hay cadenas de farmacias que están abiertas a todas horas. Y disponen de todo. Desde ansiolíticos hasta Viagra. Para fomentar el consumo de sus productos, los dependientes ofrecen de vez en cuando muestras gratuitas a sus clientes. De la misma forma que en un supermercado se convida al cliente a una porción de queso manchego. Antes de que se asustaran por los crímenes del narcotráfico, los norteamericanos cruzaban la frontera en romería para abastecerse de toda clase de potingues.

La segunda opción -si el medicamento no ha hecho efecto-es mover "la palanca". La traducción al español peninsular sería "buscar un enchufe". El mexicano es experto en eso. No por afición, sino por necesidad. Una vez que se llega al consultorio o al hospital, y hasta cuando los casos son graves, es fundamental buscar a un amigo que agilice los trámites para ver al doctor.

Los mexicanos saben -y así lo atestiguan las encuestas- que sus médicos son buenos, incluso muy buenos, y que los hospitales del servicio sanitario disponen de instrumental moderno y eficaz, pero no suficiente. De hecho, el paciente tiene que pagar en muchos casos parte del tratamiento. "A mí me pasó el otro día", explica el padre de un muchacho que estuvo ingresado recientemente, "la atención fue muy buena, pero el hospital no disponía de determinadas medicinas que le hacían falta a mi hijo. Me dijeron que la única solución era que yo las consiguiera en el exterior. No se trataba de un caso de corrupción ni de negocio encubierto. Sencillamente, no disponían de ellas. Así que salí del hospital, fui a la farmacia de enfrente y las compré". En ocasiones, el paciente tiene que seguir idéntico método para conseguir las gasas que se van a usar en su operación y hasta la válvula que le van a implantar.

Un porcentaje considerable de médicos mexicanos trabaja media jornada en la sanidad privada -hospitales al nivel de los mejores de Estados Unidos o de Europa- y la otra media en la pública. "El sistema es perverso", admite uno de los doctores que practica el doblete, "pero funciona. A veces, a mi consulta del Seguro Social llega una persona con una dolencia determinada. Yo la atiendo, pero tanto esa persona como yo sabemos que, cuando salga de mi consulta, la próxima cita ya no se producirá hasta dentro de semanas o incluso meses. ¿La solución? Que la próxima cita sea en mi consulta privada. En el caso de que necesite ser intervenido quirúrgicamente, yo intentaré -si veo que esa persona no tiene los recursos suficientes- traspasarla de nuevo al sistema público, para que sea operada de forma gratuita...". El sistema está tan acostumbrado a funcionar con ese juego de palancas que los dos grandes servicios paralelos de salud -uno para los trabajadores comunes y otros para los funcionarios públicos- disponen de personas que facilitan el mecanismo a colectivos determinados como periodistas o políticos...

Todo iba funcionando gracias a un sistema de equilibrios fascinante -como tantas otras cosas en México- hasta que llegó la epidemia de gripe. Todo el mundo se percató de las graves fallas del sistema. Los laboratorios para analizar el virus no funcionaron y las muestras tuvieron que enviarse a Estados Unidos y Canadá. El Gobierno dispone de un millón de tratamientos antivirales, pero eso sólo supone que puede atender a un 1% de la población... El país que quería salir en la foto de los más grandes se ve obligado a reconocer que necesita con urgencia que el mundo le facilite millones de dosis de antivirales, 200 millones de mascarillas, cantidades ingentes de pañuelos desechables...

Desgraciadamente, en apenas dos semanas ha cambiado radicalmente la imagen de México en el mundo. De los abrazos con Barack Obama, el presidente Felipe Calderón ha pasado a estar prácticamente enclaustrado en su residencia oficial de Los Pinos. De su voluntad dependerá la fecha en que los 33 millones de estudiantes y los dos millones de profesores regresen a las aulas. Será una decisión complicada. Tan difícil que dicen que le provoca un gran malestar y arrebatos de mal genio. ¿Está el sistema de salud preparado para decirle al presidente de la República la fecha en que los niños mexicanos puedan volver seguros a la escuela?

Aquí el artículo original de El País.