viernes, 20 de febrero de 2009

Los mexicanos son infieles


No había que darle mucha vuelta al asunto, pero ya es oficial: la infidelidad es el pecado que más cometemos los mexicanos. Este dato es de acuerdo a las confesiones que le hacen a los sacerdotes.

Mujeres y hombres, por igual, incurren en la infidelidad más que ninguna otra de las prácticas consideradas reprobables o pecaminosas por parte de la Iglesia católica, dijo el sacerdote Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México, al comentar un documento divulgado por L’Osservatore Romano, diario oficial del Vaticano, según el cual los hombres y mujeres no pecan igual, y que el principal pecado de ellos es la lujuria, mientras que en ellas es la soberbia.

El jesuita Roberto Busa, de 95 años, hizo un largo estudio sobre los pecados capitales —lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia— y concluyó que los hombres y las mujeres los viven en forma distinta.

El documento expone que ellos, además de la lujuria, incurren en la gula, la pereza, la ira, la soberbia, la envidia y la avaricia. En el caso de las mujeres, el orden es soberbia, envidia, ira, lujuria y pereza.

Sin embargo, cada país y cada región tiene una historia diferente, señaló Valdemar: “Al menos en la práctica confesionaria que llevamos, en México no notamos que el pecado más recurrente de las mujeres sea la soberbia, hay otro tipo de pecados: se da por igual el problema de la infidelidad.


Antes, hace como diez años al menos, era más común entre hombres, pero hoy es igual de común tanto en hombres como en mujeres. Es posiblemente uno de los pecados más graves, y recurrentes en la confesión”.

Decir infidelidad no equivale a decir lujuria, que según el jesuita Busa, es el que más admiten cometer los hombres. En México, explicó el padre Valdemar, no es común que los fieles se acusen de lujuria, y tampoco de gula o pereza: “Es más frecuente el problema del alcoholismo, los excesos en el alcohol o en las drogas, lo que lleva a cuestiones de malentendidos y a problemas al interior de las familias”.

A pesar de que la iglesia mexicana no ha hecho estudios que permitan obtener estadísticas claras, el sacerdote dijo que las personas se confiesan también de pecados como la deshonestidad, el robo, la corrupción, el fraude. Estos, recalcó, son comunes tanto en hombres como en mujeres.
Aunque Valdemar reconoció que la confesión es un sacramento que ha bajado entre los jóvenes defendió su gran vigencia. “Es más frecuente entre la gente de edad adulta, más grandes, más ancianos”.

Lo que sí no es común es que la gente confiese cometer alguno de los llamados pecados sociales que en 2008 la Iglesia había estipulado como tales, por ejemplo, realizar manipulaciones genéticas, experimentar sobre seres humanos, contaminar, causar pobreza o enriquecerse hasta límites obscenos. “Por desgracia, nuestra gente todavía no toma conciencia de la responsabilidad ecológica y, al menos a mí, no me ha llegado un solo pecador que se arrepienta por haber dañado la ecología”.

Respecto a si con este estudio se incurrió en una violación al comentar el tipo de delitos que confiesa la gente, dijo: “El sacerdote está dando datos generales, como lo que estoy haciendo yo. No se identifica a una persona en particular, por eso no se viola el secreto de la confesión”.
Según el teólogo pontificio, Wojciech Giertych, que comentó el estudio en el Osservatore Romano, el pecado peor es la soberbia porque impide la relación con Dios, puesto que el ser humano se siente autosuficiente.

0 comentarios: